Que sí la ¿hendija de un árbol? Perfecto para LA TIMIDEZ. Que sí el
¿vuelo de la mariposa? Lo mejor para LA VOLUPTUOSIDAD. Que sí ¿una
ráfaga de viento? Magnifico para LA LIBERTAD. Así terminó por
ocultarse en un rayito de sol.
El EGOÍSMO, en cambio encontró un sitio muy bueno desde el principio,
ventilado, cómodo... pero sólo para él.
LA MENTIRA se escondió en el fondo de los océanos (mentira, en
realidad se escondió detrás del arco iris) y LA PASIÓN y EL DESEO
en el centro de los volcanes.
El OLVIDO... se me olvidó donde se escondió... pero eso no es lo importante.
Cuando LA LOCURA contaba 999.999, EL AMOR aún no había
encontrado sitio para esconderse, pues todo se encontraba ocupado... hasta
que divisó un rosal y enternecido decidió esconderse entre sus flores.

* Un millón- contó LA LOCURA y comenzó a buscar.
La primera en aparecer fue LA PEREZA sólo a tres pasos de una piedra.
Después se escuchó a LA FE discutiendo con Dios en el cielo sobre
Teología y LA PASIÓN y EL DESEO los sintió en el vibrar de los
volcanes.
En un descuido encontró a LA ENVIDIA y claro, así pudo deducir donde
estaba EL TRIUNFO.
EL EGOÍSMO no
tuvo
ni que buscarlo. Él sólito salió disparado de su escondite que había
resultado ser un nido de avispas.
De tanto caminar sintió sed y al acercarse al lago descubrió a LA BELLEZA
y con LA DUDA resulto más fácil todavía, pues la encontró sentada
sobre una cerca sin decidir aún de que lado esconderse.
Así fue encontrando a todos,
EL TALENTO entre la hierba fresca, a LA ANGUSTIA en una oscura
cueva, a La MENTIRA detrás del arco iris... (mentira, si ella estaba
en el fondo del océano) y hasta EL OLVIDO... que ya se le había
olvidado que estaba jugando a los escondidos, pero sólo EL AMOR no
aparecía por ningún sitio.
LA LOCURA buscó detrás de cada árbol bajo, cada arroyuelo de
l
planeta, en la cima de las montañas y cuando estaba por darse por vencido
divisó un rosal y las rosas...
Tomó una horquilla y comenzó a mover las ramas, cuando de pronto un
doloroso grito se escucho.
Las espinas habían herido en los ojos AL AMOR, LA LOCURA no
sabía que hacer para disculparse, lloró, rogó, imploró, pidió perdón y hasta
prometió ser su lazarillo.
Desde entonces... desde que por primera vez se jugó a los escondidos en la
tierra:
"EL AMOR ES CIEGO Y LA LOCURA SIEMPRE LO ACOMPAÑA".